miércoles, 27 de febrero de 2013

Cuales son los síntomas de la Codependencia? La codependencia se caracteriza por una serie de síntomas tales como:

1.- Dificultad para establecer y mantener relaciones intimas sanas
2.- Congelamiento emocional
3.- Perfeccionismo
4.- Necesidad obsesiva de controlar la conducta de otros
5.- Conductas compulsivas
6.- Sentirse sobreresponsables por las conductas de otros
7.- Profundos sentimientos de incapacidad
8.- Verguenza tóxica
9.- Autoimagen negativa
10.- Dependencia de la aprobación externa
11.- Dolores de cabeza y espalda crónicos
12.. Gastritis y diarrea crónicas
13.- Depresión


Recuperación de la CodependenciaAsi como la adicción es una enfermedad tratable, la codependencia también lo és. El tratamiento de la codependencia puede consistir en una mezcla de psicoterapia y asistencia a grupos de autoayuda, hasta sesiones estructuradas de terapia familiar. Muchas veces la recuperación de una familia afectada por la adicción, comienza con la recuperación de los codependientes, sin embargo es necesario que el codependiente ponga el foco en su propia recuperación y cuidado personal, para que esto ocurra.
Los grupos de apoyo, tales como: Familias Anónimas, Alanon y Codependientes Anónimos son de gran utilidad en el proceso de recuperación familiar y de la codependencia.
La codependencia es el resultado del impacto de la adicción en la familia. Esta codependencia se manifiesta a través de patrones de conducta y relación que son disfuncionales y que facilitan el desarrollo de la adicción. La codependencia es tratable y la recuperación es posible.

lunes, 1 de octubre de 2012

Descargar aquí el libro de Melody Beattie YA NO SEAS CODEEPNDIENTE

link: http://es.scribd.com/doc/24732118/Beattie-Melody-Ya-No-Seas-Codependiente

Este  libro es  una gran ayuda para trabajar la codependencia a las personas.

A continuacion un extracto de la introduccion:


"Mi primer encuentro con codependientes fue a principios de la década de los sesenta. Esto sucedióantes de que a la gente atormentada por la conducta de otras personas se le llamara codependiente, y antesde que a la gente adicta al alcohol y a otras drogas se le etiquetara como dependiente químico. Aunque yo nosabía qué eran los codependientes, generalmente sí sabía quiénes eran. Siendo yo alcohólica y adicta,pasaba como una tormenta por la vida, haciendo a otros codependientes.
Los codependientes eran una molestia necesaria. Hostiles, controladores, manipuladores, indirectos,productores de sentimientos de culpa, era difícil comunicarse con ellos, en ocasiones resultabanverdaderamente odiosos y constituían un obstáculo para mi compulsión de “elevarme”. Me detenían, meescondían las pastillas, hacían gestos de desagrado, me tiraban el alcohol por el fregadero, trataban de impedirque consiguiera más drogas, querían saber por qué les estaba haciendo esto a ellos y me preguntaban qué mepasaba. Pero siempre estaban ahí, listos para rescatarme de los desastres que yo me fabricaba. Loscodependientes en mi vida no me entendían, y yo tampoco los comprendía a ellos.
Mi primer encuentro profesional con codependientes ocurrió años después, en 1976. Para eseentonces en Minnesota, los adictos y alcohólicos se habían vuelto dependientes químicos, a sus familiares yamigos se les llamaba los otros significativos y yo era una adicta y alcohólica en recuperación. En esa época,trabajaba también como consejera en el campo de la dependencia química, esa vasta cadena de instituciones,programas y agencias que ayuda a que la gente con dependencias químicas se alivie.
Como soy mujer y la mayoría de los otros significativos en ese tiempo eran también mujeres, y comotenía menos antigüedad y ninguno de mis compañeros de trabajo quería hacerlo, mi jefe en el centro detratamiento de Minneapolis me pidió que organizara grupos de apoyo para las esposas de los adictos queestaban participando en el programa.
Yo no estaba preparada para esa tarea. Todavía encontraba a los codependientes hostiles,
controladores, manipuladores, indirectos, provocadores de sentimientos de culpa, me era difícil comunicarmecon ellos, y más.
En mi grupo, veía personas que se sentían responsables del mundo entero, pero que se rehusaban aasumir la responsabilidad para conducir y vivir sus propias vidas.
Vi personas que constantemente daban de sí a los demás pero que no sabían recibir. Vi a otros darhasta sentirse iracundos, exhaustos y vacíos del todo. Vi algunos dar hasta darse por vencidos. Lleguéincluso a ver a una mujer dar y sufrir tanto que murió de “vejez” y por causas naturales a los 33 años. Eramadre de cinco niños y esposa de un alcohólico que había sido enviado a prisión por tercera vez.
Trabajé con mujeres expertas en cuidar a todo el que se encontraba a su alrededor, y aun así estasmujeres dudaban de su capacidad para cuidar de sí mismas.
Vi personas que eran tan sólo cascarones, que corrían sin pensar de una actividad a otra. Vi a lossiempre complacientes, a los mártires, a los estoicos, a los tiranos, vi personas como enredaderas marchitas,enredaderas colgantes, y, tomando una línea de H. Sackler en su obra The Great White Hope (La granesperanza blanca), vi “rostros arrebatados que denotaban miserias”.
La mayoría de los codependientes estaba obsesionada con otras personas. Con gran precisión ydetalle, podía recitar largas listas de los actos y transgresiones de los adictos: lo que pensaban, hacían ydecían; y lo que no pensaban, no hacían o no decían. Los codependientes sabían lo que el alcohólico o adictodebía o no debía de hacer. Y se preguntaban una y otra vez por qué lo hacían o por qué no lo hacían.
Sin embargo, estos codependientes que tan bien podían ver dentro de los demás no podían verse a sí mismos. No sabían lo que estaban sintiendo. No estaban seguros de lo que pensaban. Y no sabían qué era,si acaso había algo, lo que podían hacer para resolver sus problemas; si, en efecto, tenían algún otro problemaque no fueran los alcohólicos.
Era un grupo formidable el de estos codependientes. Molestaban, se quejaban y trataban de controlartodo y a todos menos a sí mismos. Y, excepto por unos cuantos pioneros de la terapia familiar, muchosconsejeros (incluyéndome a mí) no sabían cómo ayudarlos. El campo de la dependencia química prosperaba,pero la ayuda estaba centrada en el adicto. La bibliografía y el entrenamiento para terapia familiar eranescasos. ¿Qué necesitaban los codependientes? ¿Qué querían? ¿Qué no eran tan sólo una extensión delalcohólico, un visitante del centro de tratamiento? ¿Por qué no podían cooperar, en vez de buscar problemassiempre? El alcohólico tenía una excusa para estar tan loco: estaba borracho. Estos otros significativos no
tenían excusa. Actuaban así estando sobrios..."

sábado, 21 de julio de 2012

Reconozco mis 7 defectos:

1.    Pereza (depresión)
2.    Soberbia
3.    Ira
4.    Gula
5.    Envidia
6.    Avaricia
7.    Lujuria
Los cuales se encuentran estrechamente vinculados con el miedo, la mentira, los celos y con ellos en un animo subconciente de autodestrucción me hago daño.

Reconozco que soy adicto al dolor y a la adrenalina generada por mi, en reflejo de las personas que amo a las cuales intento controlar y que hagan lo que yo quiero.

Creo que todos están equivocados y solo yo tengo la razón;

Mis sentimientos pueden estar tan enfermizamente vinculados con otra persona que si la persona que amo esta triste, yo estoy triste, si esa persona esta contenta yo estoy contenta (o)

 Y nuestros dos miedos:

1. Miedo a perder lo que tengo y;
2. Miedo a no obtener lo que deseo.

Me da miedo estar solo, pero me aíslo;

Me da miedo perder a mi pareja, pero a través del control y mis conductas codependientes la ahuyento;

Me da miedo perder la vida material, pero me quiero suicidar cuando las cosas llegan a sus extremos.

Me da miedo no obtener mis metas, pero me boicoteo en el camino;

Me da miedo que no me quieran, pero yo no me amo.

No se quien soy, ni que quiero ni a donde voy, no me gusta que me mientan pero el miedo me hace mentir.

viernes, 11 de febrero de 2011

Las 12 promesas de CODA

Puedo esperar un cambio milagroso en mi vida si pongo en práctica el programa de Codependientes Anónimos. Mientras hago un esfuerzo sincero por incorporar en mi vida los Doce Pasos y las Doce Tradiciones...
    1. Reconozco que existe un nuevo sentimiento de pertenencia y que mi sensación de vacío y soledad va a desaparecer.
    2. Ya no me controlan mis miedos. Puedo sobreponerme a ellos y actuar con valor, integridad y dignidad.
    3. Existe en mí una nueva libertad.
    4. Me libero de toda preocupación, culpa y remordimiento sobre el pasado y el presente. Estoy lo suficientemente consciente para no permitir que se repita.
    5. Reconozco que existe un nuevo amor y una nueva aceptación de los demás y de mí mismo. Yo siento verdaderamente que merezco ser amado, que soy una persona afectuosa y que me quieren.
    6. Aprendo a verme a mí mismo como igual a los demás. Mis relaciones nuevas y renovadas están basadas en la igualdad de ambas partes.
    7. Soy capaz de forjar y mantener relaciones saludables y basadas en el amor. La necesidad de controlar y manipular a los demás desaparecerá en la medida en que yo aprenda a confiar en las personas dignas de confianza.
    8. Aprendo que es posible mejorarme y convertirme en una persona más afectuosa, capaz de ofrecer apoyo y de establecer relaciones más sólidas. Tengo la opción de comunicarme con mi familia en una forma que es segura para mí y respetuosa para ellos.
    9. Reconozco que soy una creación única e importante.
    10. Ya no dependo únicamente de los demás para poder sentirme una persona valiosa.
    11. Tengo confianza en la orientación que me brinda mi Poder Superior y llego a creer en mi propia capacidad.
    12. Gradualmente siento que la SERENIDAD, la FORTALEZA INTERIOR y el CRECIMIENTO ESPIRITUAL empiezan a formar parte de mi vida diaria.

LOS 12 PASOS DE CODA

  1. Admitimos que nos sentíamos impotentes con los demás y que habíamos perdido el control de nuestras vidas.
  2. Llegamos a la conclusión de que un Poder Superior a nosotros mismos podía devolvernos al sano juicio.
  3. Decidimos poner nuestra voluntad y nuestras vidas en manos de Dios o nuestro Poder Superior, tal como cada uno de nosotros lo concibe.
  4. Hicimos una búsqueda y un minucioso inventario moral de nosotros mismos sin miedo.
  5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros errores.
  6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos.
  7. Humildemente le pedimos a nuestro Poder Superior que nos liberase de nuestros defectos.
  8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos herido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les habíamos causado.
  9. Reparamos directamente el daño causado a los demás, siempre que nos fue posible, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otras personas.
  10. Continuamos haciendo un inventario personal y cuando nos equivocamos, lo admitimos inmediatamente.
  11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestra relación con Dios, tal como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
  12. Al lograr un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a otros codependientes y de practicar estos principios en todas las áreas de nuestras vida.

Los Doce Pasos han sido reproducidos y adaptados con autorización de Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Esta autorización no significa que A.A. haya revisado o aprobado el contenido de esta publicación ni que A.A. esté de acuerdo con las opiniones expresadas en este documento. A.A. es un programa de recuperación de alcoholismo exclusivamente; el uso de los Doce Pasos en conexión con programas o actividades que se asemejan al modelo de A.A., pero que tratan otros problemas, no implican lo contrario.

LOS DOCE PASOS DE ALCOHOLICOS ANÓNIMOS (versión extraída del sitio web de Alcohólicos Anónimos)
1. Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
2. Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos al sano juicio.
3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
4. Sin miedo, hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de nuestros defectos.
7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.
8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos.
9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos, lo admitíamos inmediatamente.
11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar el mensaje a otros alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos.

Esta lista de características y patrones de comportamiento

Esta lista de características y patrones de comportamiento puede servir como una herramienta de ayuda para efectuar una autoevaluación, especialmente entre los participantes nuevos.
PATRONES DE NEGACIÓN:
  • Tengo dificultad para identificar lo que siento.
  • Minimizo, modifico o niego lo que siento realmente.
  • Me percibo como una persona totalmente desinteresada y dedicada al bienestar de los demás.
PATRONES DE BAJA AUTOESTIMA:
  • Tengo dificultad para tomar decisiones.
  • Juzgo duramente todo lo que pienso, digo o hago, como algo que no es “lo suficientemente bueno”.
  • Me siento avergonzado al recibir reconocimiento, elogios o regalos.
  • No le pido a los demás que satisfagan mis necesidades o deseos.
  • Valoro más la aprobación que me dan los demás por mi comportamiento, ideas y sentimientos que la que me doy yo mismo.
  • No me percibo como una persona valiosa o digna de recibir amor.
PATRONES DE CONFORMIDAD:
  • Actúo en contra de mis valores e integridad para evitar el enojo o el rechazo de otras personas.
  • Soy extremadamente sensible a los sentimientos de los demás y los incorporo como propios.
  • Soy sumamente leal y permanezco en situaciones dañinas demasiado tiempo.
  • Le doy más valor a las opiniones y los sentimientos de los demás que a los míos y frecuentemente temo expresar mis opiniones y sentimientos cuando difieren de los de los demás.
  • Dejo a un lado mis propios intereses y pasatiempos para hacer lo que otros desean hacer.
  • Acepto una relación sexual como un substituto del amor.
PATRONES DE CONTROL:
  • Creo que la mayoría de la gente no es capaz de cuidarse a sí misma.
  • Trato de convencer a los demás de lo que deben pensar o sentir.
  • Me resiento cuando los demás no me dejan ayudarlos.
  • Ofrezco consejos y orientación a los demás, sin que se me pida.
  • Me desvivo por hacer regalos y favores a quienes quiero.
  • Utilizo el sexo para ganar aprobación y aceptación.
  • Tengo que sentir que “me necesitan” a fin de tener una relación con los demás.

Bienvenido

Le damos la bienvenida a Codependientes Anónimos, un programa para la rehabilitación de la codependencia. Este programa nos permite compartir nuestras experiencias, fuerzas y esperanzas en un esfuerzo para que exista libertad y paz en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos, y dejar atrás las ataduras y la confusión.
La mayoría de nosotros hemos estado buscando formas de superar nuestros dilemas, frutos de los conflictos en nuestras relaciones con otros y en nuestra niñez. Algunos nos criamos en un entorno familiar donde existían adicciones; para otros, en cambio, no fue así. Pero en cualquier caso, nos hemos dado cuenta de que en nuestras vidas la codependencia es una conducta compulsiva profundamente enraizada y que proviene de un sistema familiar con distintos grados de disfuncionalidad. Todos hemos experimentado el trauma doloroso del vacío de nuestra niñez y de las relaciones que hemos desarrollado a lo largo de nuestras vidas.
Hemos intentado utilizar a los demás, como ser nuestra pareja, nuestros amigos y hasta nuestros propios hijos, como nuestra única fuente de identidad, valor y bienestar, y también como una manera de compensar por las pérdidas emocionales de nuestra niñez. En algunos casos, nuestras historias personales también incluyen otras adicciones a las cuales hemos recurrido para tratar de lidiar con nuestra codependencia.
Todos hemos aprendido a sobrevivir en la vida, pero en CoDA estamos aprendiendo cómo vivir la vida. Mediante la aplicación en nuestras vidas diarias y en nuestras relaciones presentes y pasadas de los Doce Pasos y de los principios de vida que hallamos en CoDA, experimentamos una liberación de nuestros propios estilos autodestructivos de vida. Es un proceso de crecimiento individual: cada uno de nosotros va creciendo a su propio paso y continuaremos haciéndolo mientras nos mantengamos receptivos, día a día, a la voluntad de Dios o nuestro Poder Superior para nuestras vidas. El compartir nuestras experiencias es nuestra manera de identificarnos y nos ayuda a liberarnos de las ataduras emocionales de nuestro pasado y del control compulsivo de nuestro presente.
Independientemente de cuán traumático haya sido su pasado o cuán desesperanzado le parezca su presente, el programa de Codependientes Anónimos ofrece la esperanza de un nuevo día. Ya no deberá depender de los demás como fuentes de ese poder superior. Esperamos que aquí encuentre una nueva fuerza interior para convertirse en la persona que Dios tuvo en mente: un ser IMPORTANTE Y LIBRE.